domingo, 23 de octubre de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Solo al paso del tiempo uno va reconociendo sus verdaderos logros.

Se va convenciendo que la lucha no era tanto por poseer, por llegar a tener. Uno va sabiendo ya después de muchos años vividos lo que es admirable en un ser humano.

Hacer fortuna, poseer, tener poder, elevar nuestro nivel económico, gozar incluso con la idea de ser envidiados por ser gente exitosa nos impide ver en otra dirección. Viajamos sin mirar por la ventana, sin contemplar lo que nos rodea y que quizá en muchas ocasiones no volveremos a hallar en nuestro camino.

Tanta energía, tanta vitalidad y es hasta que la vamos perdiendo cuando deseamos recuperarla para volver a recorrer la vida y en una segunda vuelta poder admirar y vivir lo que no supimos apreciar en nuestra juventud.

Es hasta entonces cuando todo se ve distinto y uno aprende que sus grandes batallas las ganó venciendo adversidades, sobreviviendo al dolor propio y ajeno, compartiendo afectos, saboreando las mieles de la amistad, del amor.

Es entonces cuando al mirar a una persona, vemos más allá de la marca de su ropa, o de su automóvil, más allá de su título o lugar en la sociedad, y valoramos realmente la nobleza, la honestidad, las cualidades que le han permitido ser congruente entre su actitud y su palabra.

Estoy en ese tiempo, en el recreo que me perdí, en el disfrutar de mi vida sin esperar a que mi esfuerzo me dé frutos, sino a encontrar el fruto en la acción de saber dar, estoy mirando a la ventana y agradeciendo que la vida me permita de vez en cuando regresar a donde recupero gente que antes no tuve el tiempo o la capacidad de apreciar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario